Es de agradecer, y mucho, la cantidad de artículos que podemos leer en diferentes plataformas..

Blogs, ponencias, etc., acerca de la comunicación de los entrenadores, hay mucha información sobre cómo debemos hablar a nuestros jugadores, atendiendo al tono, el tiempo, la expresión corporal y más variantes que, desde mi punto de vista, sólo tienen una pega… la gente no lee.

Después de varios años de formaciones, clínics, ponencias, cursos y más, he llegado a una conclusión: siempre vamos los mismos. Es verdad que el círculo se va haciendo más grande y es el camino a seguir, principalmente si hablamos de base, pero también nos encontramos mucha gente que no aplica todo lo que recoge en las formaciones.

Creo también es importante ir a lo más básico, mandar un mensaje que pueda llevar, tanto a entrenadores como a padres, directamente a ser conscientes y tomar conciencia de qué es lo que queremos para nuestros hijos en el fútbol sala (deporte), ya que a través de una actividad que les gusta, motiva y para la cual están totalmente receptivos, podemos influir más de lo que creemos en su futuro.

Seguramente no haya nada más básico que lo de “trata a los demás como quieres que te traten a ti”

Pero también es seguro que no tod@s l@s niñ@s tienen que aguantar que a ti te guste que te traten a gritos, sólo porque no hayas conocido otra manera. Nadie se sorprende si cualquier sábado por la mañana pasa por la instalación deportiva del pueblo y durante los partidos de categorías de base escucha frases tales como: “hoy hay que ganar sea como sea”, “llevo toda la liga diciéndote que no hagas…” y mi favorito “toca!, saca!, corre!, pasa!, tira!, roba!, mete gol!, eso no se puede fallar!”, pues el principal problema viene cuando asociamos esas frases (he elegido las más suaves) a un buen entrenador.

Sin entrar en los que nos dicen los pedagogos, por favor, leed a más pedagogos, probad sus técnicas, contratad sus servicios, voy a expresar mi opinión sobre cómo comunicar con nuestr@s jugador@s, para entender un poco qué tipo de comportamientos y formas de comunicar nuestras pueden afectarles.

Si nos fijamos en jugadores desde los más pequeños y hasta la adolescencia. Todos queremos que cuando nuestros jugadores sean mayores y alguien más alto, más mayor, más fuerte, en definitiva, una figura de autoridad sobre ellos les diga: “toma, fúmate esto”, sean capaces de decidir si quieren hacerlo, en vez de obedecer.

Por ello, tal vez tomar una actitud y vocabulario dominante con ellos no es bueno para su desarrollo, máxime si nos vamos a edades pre-adolescente. No les hagamos ver que el que está por encima puede obligarte.

Yo quiero formar personas que tengan afán de superación, que no se conformen, y que siempre quieran mejorarse. Por eso, tal vez mostrar una alegría desmedida en un resultado favorable y al contrario si pierdo, puede ser negativo para que valoren el esfuerzo.

Esforzarse y ser mejor que ayer es la leche… ganar o perder depende de más cosas, que no hagan deporte sólo porque ganan, porque no van a ganar siempre.

En este mundo del fútbol sala y del deporte, necesitamos gente empática, que se preocupe por sus iguales, por ello nuestra comunicación debe ir a hacia saber cómo están nuestros compañeros, trabajar las emociones y no limitarnos al típico “en mi entrenamiento hay una percha y un cubo, por favor cuando entres quítate la chaqueta con la que cargas hoy, y tira tu mierda al cubo”, ya que enseñaremos a que no nos preocupan, y eso está bien.

Debemos ser amables, flexibles y comprensivos, que vengan porque quieren venir, y no porque toca.

Es imprescindible que aprendamos a que a pesar de las jerarquías, nadie debe estar por encima de nadie en lo personal, y por ello, si queremos que las personas que pasan por nuestras manos, no se dejen “pisar” por el jefe que puedan tener el día de mañana, necesitamos enseñarles desde ya, que nosotros tenemos una posición jerárquica, pero el respeto siempre va a ser bidireccional, ya que es tan importante lo que digan unos como otros, que no tiene más razón el que más grita, y que si “cuando yo hablo, los demás callan” le estoy enseñando a ser obediente, no responsable ni respetuoso.

Y, por último, y no menos importante, hay que enseñar a los jugadores a que no llega un momento en la vida, que por estar entrenando/ teniendo gente a tu cargo, ya lo sabemos todo, sino que siempre seguimos aprendiendo, para que mañana no sean tampoco ese jefe que denigra a sus trabajadores. Sin entrar en lo que podemos crear enseñando que la figura de autoridad siempre tiene la verdad absoluta, y que tiene total impunidad para realizar cualquier acto…

PARA CONCLUIR

Para mí, lo básico de cómo comunicarnos con nuestro grupo de jugador@s viene escrito en los valores que queremos para ellos cuando sean grandes, ya que durante muchos años podemos ser el profe guay, y que casi sin darnos cuenta podamos crear, modificar o reafirmar un modelo de conducta, que luego cuando son mayores podemos mirar para otro lado diciendo “pues cuando estaba conmigo no hacía eso”, pero lo más importante no era lo que hacía cuando estaba con nosotros, sino lo que nosotros hacíamos cuando estábamos con él.
Creo que el éxito está en poner el foco en lo que queremos que sean igual que nosotros y no en que sean lo que les decimos… principalmente si nosotros mismos no somos lo que decimos.

Composición digital de silueta de mujer jugando con pelota contra el fondo del cielo

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