El fútbol sala es un deporte en continuo cambio.

La evolución del deporte desde el aspecto reglamentario y la profesionalidad de los cuerpos técnicos (aunque por desgracia no se vea remunerado de manera equivalente al trabajo realizado), en continua formación y búsqueda de la mejora continua, ha provocado que estemos continuamente buscando la mejor manera de lograr resultados.

En este artículo vamos a analizar el sistema ofensivo 4-0, comúnmente conocido como juego de 4, en función de la intención, los fundamentos y pautas que nosotros como entrenadores introduzcamos en el sistema de nuestro equipo, además de aportar algunas tareas para el trabajo de este sistema.

Para comenzar, diré que considero que un entrenador no debe basar el desarrollo de su juego ofensivo  tan solo en un sistema de juego dotándolo de estructuras prefabricadas y limitando la toma de decisión de los jugadores, ya que considero que para hacer competitivo ofensivamente a un equipo debes dotar a éste de todas las herramientas posibles para lograr ventajas y resolver situaciones de conflicto en el juego, “dando la vuelta” a tu sistema, y que tus jugadores sean capaces de convertir un 4-0 de partida en una situación de 3-1 más corto o más largo en función de la altura de la defensa y de su presión, o viceversa, actuar desde una situación de 3-1, que el pívot aparezca en disposición de jugar la pelota en zona de elaboración y atacar con otro jugador la espalda del ajuste defensivo, por ejemplo.

Estas herramientas, por tanto, serían para los jugadores el conocimiento de los fundamentos del juego -en este caso ofensivos- y la intención y pautas de las que nosotros como entrenadores dotemos a nuestro equipo en cada situación de salida.

De esta forma comenzaremos con nuestro análisis. En primer lugar, ¿qué es el juego de 4 y qué fin tiene?

El juego de 4 es un sistema basado en la elaboración del juego a partir de un dibujo en el que se busca la amplitud pero renunciando -de partida- a la profundidad, con el fin de buscar juntar las líneas defensivas del equipo rival para tratar de atacar la espalda de la defensa.

En este sistema se debe dotar de gran importancia a los fundamentos individuales de la finta y la ocupación de los espacios, ya que al buscar que la defensa presione el balón para poder atacar su espalda, los jugadores deben ser capaces de generar espacio sin balón, ya sea para recibir un pase, para generar espacio a compañeros o crear líneas de pase a través de un corte.

Sin embargo, por lo general, el sistema 4-0 se basa en las asociaciones a través de dualidades. Para ello, es fundamental atacar los espacios de duda de la defensa. De esta manera, equipos como Aspil-Vidal Ribera Navarra buscan continuamente lo que conocemos como “aparición entre líneas” con el fin de hacer dudar a la defensa. Generalmente buscan jugar a banda para, desde ahí, interpretar la defensa del rival y jugar, ya sea con el pasador o con el jugador que estaba dominando el medio, 3 situaciones: bloqueo/cortina + continuación, paralela o pared. Esta capacidad para cambiar el hecho de que sea el jugador del medio o el pasador quien realiza la dualidad con el jugador receptor en banda es la que dota al equipo la capacidad de llevar el peso del partido y que la defensa deba reaccionar ante las situaciones que se den, como vemos en el vídeo del partido contra Osasuna Magna de esta temporada, en el que la defensa de los de Imanol Arregui (probablemente TOP-3 de la LNFS) no fue capaz de encontrar la manera de defender esta situación.

Además, es clave en este tipo de situaciones ser capaz de colocar el pase a la espalda de la defensa fuera del alcance de la posible cobertura del portero.

Tal y como vemos en este primer vídeo explicativo.

Otras dualidades comunes serían la pisada, con el fin de cambiar el sentido del ataque y generar un desajuste al realizar un pase que la defensa no espera hacia su lado débil, haciendo así que el receptor gane segundos para decidir en el tiempo en el que se ajusta la defensa; y la sobreposición, para generar la duda entre el defensor de balón y el segundo defensor, y atacarlo en función de si se realiza un cambio o no.

En cuanto a las estructuras de 3 jugadores, dos de ellas las consideramos básicas y muchos sistemas 4-0 se fundamentan en ellas. La primera se trata de la formación de triángulos, o también conocida como la creación de 2 apoyos al balón de manera continua. Esta estructura va al hilo de comentado en cuanto a las dualidades, ya que se basa en la aparición en el medio para permitir siempre dos salidas al balón, y a partir de ahí buscar atacar el espacio entre la espalda de la defensa y la posible cobertura del portero. La otra estructura de 3 jugadores, sería la búsqueda de la diagonal larga a través de un giro por parte de tres jugadores, siendo el primer pasador quien corriese la banda contraria al giro del balón aprovechando el ajuste de la defensa hacia el lado fuerte como podemos ver en el siguiente vídeo, aunque en este caso no es Rafa López quien inicia el giro como suele pasar en este tipo de situaciones, sin embargo interpreta que el balón va a ir a banda contraria y es quien corre a la espalda de la defensa de ElPozo.

Por tanto, nosotros entendemos que a partir de estos fundamentos debemos estructurar nuestro sistema ofensivo, dando pautas a nuestros jugadores en función de sus características y, gracias a su conocimiento respecto a dichos fundamentos, adaptarlo para cada partido en función de lo que vaya a hacer más daño al rival.

Aquí es donde cobra importancia la intencionalidad ofensiva del equipo. En función de la propuesta ofensiva que tenga nuestro equipo, podemos adaptar este sistema a ella. Como pudimos ver el pasado fin de semana en la Final Four de la Copa del Rey, hay equipos como Jaén Paraíso Interior que utilizan este sistema como recurso para ser directo ante defensas presionantes, por lo que sus pautas principales se basan en que el primer pasador fija a su defensor y corre a su espalda tras el pase y buscar el giro para jugar la diagonal larga; u otra situación que vimos en este equipo como la del gol de Dani Martín en la semifinal, en la que juega a banda y amenaza el bloqueo al defensor del receptor, para después cortar largo por el centro y buscar ese pase por el carril central ya que con la finta ha dejado atrás a su defensor. Sin embargo, en ese mismo fin de semana, nos encontramos con un equipo del que ya hemos hablado también, el de Pato, en el que la propuesta es la de llevar el control del partido y encontrar el espacio para atacar la defensa a través de la posesión del balón, y su equipo busca, como hemos dicho, situaciones de apariciones entre líneas, bloqueos y paralelas.

Con lo cual, la conclusión es que este es un sistema tan rico en cuanto a complejidad, dentro de un deporte tan rico en cuanto a complejidad, que nos da la posibilidad de darle distintas finalidades, darle matices tan distintos e innovar de tal manera que podemos ver 3 partidos diferentes en los que cada equipo juegue situaciones con sistemas 4-0 y en las que los 6 equipos tengan pautas e intencionalidades completamente distintas. Y esto es lo que hace tan bonito a nuestro deporte.

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